III. El terrorismo de Israel (y el aval de EUA)

En mayo de este año la ONG Law Society denunció que, "en su afán de sofocar la Intifada, las fuerzas policíacas y militares israelíes multiplican las ejecuciones extrajudiciales de palestinos que consideran como peligrosos para la seguridad de Israel. Actúan con toda impunidad con el aval del gobierno. Al principio de la segunda guerra de las piedras, Efraín Sneh, colaborador del ministro de Defensa del gobierno de Ehud Barak, afirmó sin parpadear: ‘Voy a explicar en forma clara cuál es nuestra política: si alguien realizó o está a punto de realizar ataques terroristas, pues tenemos que eliminarlo... Es efectivo, preciso y justo.’ " En los primeros ocho meses de Intifada, el gobierno israelí llevó a cabo 14 ejecuciones de activistas palestinos, perpretados por comandos en operativos cuidadosamente planeados. Algunas fuentes palestinas mencionan la cifra de 22 asesinatos al mes de mayo. Más recientemente, en agosto, fue impactante el asesinato de un dirigente de Al Fatah: un helicóptero se acercó a la ventana de la oficina en la que trabajaba y le disparó un misil que lo degolló.

"Estas ejecuciones extrajudiciales violan todas las leyes del derecho humanitario internacional y en particular la Cuarta Convención de Ginebra -denunció Law Society-. Conforme a esa CConvención, Israel, en tanto que fuerza de ocupación, tiene el derecho de detener y someter a juicio a los sospechosos de llevar a cabo actividades violentas y hostiles. Pero de ninguna manera puede liquidarlos físicamente. La Cuarta Convención de Ginebra es muy clara al respecto: las ejecuciones extrajudiciales son asesinatos premeditados similares a los crímenes de guerra." ("La cacería de activistas palestinos", por Anne Marie Mergier, Proceso, 27.5.01)

A pesar de la denuncia de la ONG palestina, que fue respaldada por Amnistía Internacional y Human Rights Watch, el terror sionista continuó y fue justificado de la siguiente manera por el ministro de Ciencias y Deportes del gobierno de Ariel Sharon, Matan Vinai : "[Esos operativos] se inscriben en nuestra campaña prolongada para acabar con la violencia... El Talmud (libro sagrado de los judíos) dice ; ‘Si alguien llega para matarte, levántate pronto y mátalo primero...’. " No está de más señalar que Vinai es "laborista" y que su partido es miembro distinguido de la socialdemocracia internacional.

"La ejecución extrajudicial que más impactó causó en los territorios palestinos, en Israel e internacionalmente, fue la del doctor Thabet Thabet, acribillado el 31 de diciembre a las 10 de la mañana mientras sacaba su coche del garaje de su casa.

"Secretario general del Fatah en la ciudad de Tulkarem, director general del Ministerio de Salud de la ciudad de Naplusa y catedrático de la Universidad Abierta Al Quds, Thabet estaba en contacto con los movimientos pacifistas israelíes Hivat Hagiva y Paz Ahora, con los cuales lanzaba iniciativas a favor de la reconciliación de los dos pueblos. Ambas organizaciones manifestaron públicamente su desasosiego cuando se enteraron del asesinato. Thabet Thabet había participado, además, en la primera conferencia de paz palestino-israelí que se realizó en Madrid en 1991."

A pesar de la conmoción local e internacional, dos días después de este acto de terror se reunió el Comité de Defensa y de Relaciones Exteriores del Kneset (parlamento), que discutió la política de ejecuciones. Sus conclusiones fueron cínicas. "Un oficial de alto rango de las fuerzas de seguridad subrayó que ‘el asesinato de activistas sospechosos de terrorismo está surtiendo efecto’. Ante alegatos de algunos diputados que cuestionaron las bases legales y morales de esa política, Ehud Barak les contestó que contra el terrorismo se valía todo."

Estos asesinatos son parte de una política sionista terrorista más general, que incluye que aviones F 16 bombardean ciudades palestinas, el estado de sitio en el que se encuentran los habitantes de los territorios "autónomos", impedidos frecuentemente de salir de ellos para ir a trabajar a otros lugares, o de retornar a ellos; la destrucción sistemática de la frágil infraestructura palestina, donde casi no quedan en pie fábricas, tiendas, cultivos, frutales y olivos, pozos de agua, ranchos, invernaderos, centenares de casas e inmuebles.

La situación para el pueblo palestino ya era terrible apenas cuatro meses después de ser lanzada la segunda Intifada. Según la asociación Médicos sin Fronteras, la población es presa de la depresión y el miedo. En el Diario de a bordo escrito por un equipo de estos profesionales que estuvieron a principios de diciembre de 2000, se lee que:

"...la realidad cotidiana de las poblaciones civiles que deben hacer frente a la violencia es extremadamente preocupante. La violencia de la ocupación israelí, la trampa en la que queda atrapada la población, la desproporción de las armas usadas, tienen consecuencias graves para los civiles.

"La represión desatada por los israelíes se parece cada vez más a un castigo colectivo, y los medios militares empleados son los que se suelen desplegar en situaciones de guerra y no contra civiles.

"El bloqueo económico impuesto por Israel a los territorios palestinos hace aún más frágil una estructura social ya de por sí bastante precaria y subraya la dependencia extrema en la que se mantiene a las familias palestinas. De hecho, las condiciones de vida de estas familias no dejan de degradarse. Los palestinos viven en el miedo permanente a las represalias de las fuerzas armadas israelíes y de los colonos judíos. Su frustración respecto a la Autoridad Nacional Palestina aumenta. Las familias palestinas cuentan cada vez con menos recursos para vivir. Los palestinos que laboran en Israel ya no pueden llegar a sus lugares de trabajo. Además, se obstaculiza a menudo la circulación de bienes.

"Bajo el pretexto de prevenir operativos terroristas, las fuerzas de seguridad israelíes arrasan o requisan con toda impunidad casas palestinas ubicadas en las cercanías de las colonias judías o de las carreteras utilizadas por los colonos. Muchas familias se encuentran en la obligación de huir de sus hogares a raíz de tiroteos permanentes contra sus pueblos. Diariamente hay intimidaciones y humillaciones.

"El acceso a cuidados médicos sufre múltiples obstáculos. Circular libremente en la Franja de Gaza se ha vuelto muy difícil.: los controles israelíes son frecuentes, largos y denigrantes. Para numerosas personas es imposible alcanzar las estructuras médicas palestinas o tener acceso a un médico. Para otros pacientes, el miedo de que en su ausencia su casa sea destruida o confiscada es tan fuerte que prefieren declinar a recibir cuidados médicos. Esa situación es muy grave: en el momento en que la violencia ejercida contra las familias palestinas y el clima de terror en que viven genera estados de estrés y de pánico muy intensos, que implican intervenciones médicas duraderas, resulta sumamente difícil atenderlas. (Anne Marie Mergier, Proceso, 31.12.00, páginas, 48).